sábado, 11 de junio de 2011

Capítulo 11: De la fosa al pilón

Lucas llega a casa de los Miranda, encontrándose a Lola en la cocina (hablando con una sandía).


Lola: No está Sara, si es eso lo que buscas.

Lucas: No, si yo venía a hablar con la sandía.

Lola: Pues habla tú con ella, porque como hable yo contigo, te voy a decir tres o cuatro cosas de las que luego me voy a arrepentir.

Lucas: Llevas dos semanas esquivándome, Lola. Quiero que me digas lo que me tengas que decir.

Lola: Tú juras y prometes, y luego haces lo que te sale de las narices. Primero te lías con mi hermana, al día siguiente te lías con la novia de mi padre, y al día siguiente, para colmo, te encuentro a las tres de la mañana en el armario de Sara. ¿Me quieres decir qué hacías a las tres de la mañana en el armario de Sara?

Lucas: Esconderme. Lola... ¿qué iba a hacer? ¿Le iba a explicar a Paco lo que hacía ahí? Es que no me hubiese dado tiempo, me hubiese reventado la cabeza, directamente.
Lola: Me has decepcionado, Lucas. No sabes cómo me has decepcionado.

Lucas: Lola, mira... yo me encontré a Sara, y la estaba metiendo en la cama porque me la encontré... bueno, me la encontré mareada, porque había bebido más de la cuenta. Y me escondí porque yo en esta casa estoy bajo sospecha.


Lola: No, no, no, no me cuentes películas, ¿eh? Sara tiene dieciséis años, y un día piensa una cosa y al día siguiente piensa la otra, como todas las niñas de dieciséis años. Y lo que no puede hacer es hipotecar su vida contigo.

Lucas: Lola, dame un respiro. Yo entiendo que la niña es pequeña, yo entiendo que yo soy mayor... yo estoy con vosotros... pero es que yo la quiero.

Lola: Lucas, no es por ti, ni por Paco, ni por mí. Es por Sara. Déjala crecer. Si tanto la quieres, vas a tener que esperar a que sea mayor y pueda elegir. Y a que Paco se haga a la idea y lo acepte.

Lucas:...Vale. De todas formas... yo creo que Paco va a entender antes esto que lo de la sandía.




Se levanta, sonriendo y se marcha.



Al salir se encuentra a Sara, y se acerca a besarla.

Sara: ¿Qué haces? Que nos pueden ver.

Lucas: Es verdad, nos pueden ver.

Sara: O qué pasa, que me has confundido con Ruth, la novia de mi abuelo, y no has podido aguantarte las ganas de besarme.

Lucas: Yo no tengo nada con Ruth, Sara.

Sara: Pues para no tener nada con Ruth, ya van dos veces que te lías con ella.

Lucas, ¡no puedes estar mandándome mensajitos de que me quieres y liarte con otras al mismo tiempo!... [Lucas le coge la mano.]…Lucas, yo necesito saber todos los días que me quieres. ¿Me quieres?

En ese momento, siempre tan oportuno, sale Paco de casa. Lucas le suelta la mano a Sara.

Lucas: Parece que va a llover hoy, ¿eh?

Paco: ¿Tú crees? Pues yo no veo ni una nube. Bueno, voy dentro por el paraguas...[Paco vuelve a entrar.]

Sara: ¿Parece que va a llover significa que me quieres?... [Lucas asiente con la cabeza.]... ¿Entonces es como un código secreto entre nosotros?... [Lucas vuelve a asentir y murmura un "sí", sonriente.]… ¿Me lo dirás cada día?

Lucas: Cada día… [Sara se gira y vuelve a salir Paco.]

Sara: Papá, ¿dónde vas con esa pala?

Paco: Pues... por si llueve, cariño, y se nos mete el coche patrulla en un barrizal, pues para achicar los charcos.

Sara: Pues haces bien en cogerla, ¿eh? Porque va a llover seguro…[Sara sonríe y mira a Lucas de reojo.]

Por la noche, en los Cachis, Sara juega al billar y llega Lucas.



Sara: Has venido.

Lucas: Claro que he venido. ¿Por qué no iba a venir?

Sara: No sé. Supongo que por estar conmigo te pierdes muchas cosas.

Lucas: Sí, me pierdo a Mariano cantando en la ducha. Está cantando ahora mismo "Sole mío".

Sara: No, Lucas, te lo digo en serio. Cualquier tía de tu edad con quien quieras estar, te puede dar mucho más que yo. Ruth o cualquiera.

Lucas: Nadie me puede dar lo que tú me das… [Le coge la carita para que le mire]… Nadie… Se abrazan y van a besarse, pero oyen que se abre la puerta, así que Sara corre a esconderse debajo de la mesa. Es Paco (¡sorpresa!).


Paco: Es que había visto luz desde fuera y... ¿y tú qué haces aquí a estas horas?

Lucas: Pues...

Paco: Ya, ya lo sé. Ya sé porqué. Yo tampoco tío, yo tampoco puedo pegar ojo, después de lo que hemos hecho... que no puedo conciliar el sueño. Y encima Sarita, ¿eh? A ver dónde se ha metido, que no aparece, y la hora que es. Un día de estos me da algo, te lo digo.

Lucas: Bueno, bueno, Sara estará con alguna amiga o algo así, no te preocupes, ¿vale?

Paco: Venga, me voy a descansar. Descansa tú también, ¿vale? Venga… [Paco se va y Sara sale de debajo de la mesa, volviendo a acercarse a Lucas.]

Lucas: Yo me siento como un perro, engañando a tu padre.

Sara: Pero quererse no debe estar mal.

Lucas: Mira, Sara, yo estoy embargando tu vida, tienes dieciséis años, y tú tienes que hacer lo que hacen las chicas de tu edad. Tienes que ir al cine, tienes que salir con un chico sin tener que esconderte, tienes que irte de viaje, tienes que hacer todo lo que hacen las chicas...

Sara: Pero es que yo no quiero estar con ningún chaval de mi edad. ¡Yo sólo quiero estar contigo! Además, tú y yo podemos hacer cualquier cosa. Podemos, ya verás.
Le besa en la mejilla, sonriendo y se va.


Al día siguiente por la mañana, Paco y Lucas desayunan en Los Cachis. Aparece Sara y se acerca a ellos.

Sara: ¡Hola, papi! ¡Buenos días!... [Sara mira a Lucas muy sonriente.]

Lucas: Buenos días, buenos días no sé, ¿eh? Yo creo que va a llover hoy.[Sara sonríe más. Pero Paco no se entera de nada.]

Paco: Y dale con la lluvia. ¿Tú quién coño te crees que eres, el hombre del tiempo o qué?

Sara: ¡Hasta luego!... [Sara se va, muy, muy, muy sonriente.]

Por la noche, Lucas llega a Los Cachis, donde se encuentra con todas las luces apagadas.


Lucas: ¡Sara! ¡Sara!... [Ella le mira sonriente, sentada en el suelo junto a una maleta.]... ¿Dónde vas con la maleta?

Sara: Dónde vamos, querrás decir.

Lucas: Sara... no vamos a ningún lado...

Sara: Shhh... [Se acerca a él y posa un dedo sobre sus labios.]... ¿Qué prefieres mar o montaña? ¡No! ¡Mejor! Primero mar y luego montaña…Le tira un bañador, riendo. Y comienzan a hacerse fotos… Después cenan a la luz de unas velas, y bailan.



Sara: ¿Ves cómo podemos irnos donde queramos? ¿Y hacer lo que nos dé la gana?

Lucas: Estás más loca... Joder, Sara.

Sara: ¿Qué?

Lucas: Joder...

Sara: ¿Qué?

Lucas: ¿Que qué? Que va a llover una tormenta que lo va a arrasar todo.

Y se besan.


Al día siguiente, Lucas y Mariano están en su casa. Discuten porque Mariano le dice que no tiene apego por nadie, que no hay ni una sola foto de un familiar de Lucas por la casa.



Lucas: ¿Tú quieres ver mis fotos, Mariano? Te voy a enseñar mis fotos… [Lucas saca de un cajón las fotos que se hizo la otra noche con Sara, y se las muestra.]… Mira, estas son mis fotos. Mira.

Mariano: Déjalo, Lucas.


Lucas: No, ahora las ves. Mira.

Mariano: Déjalo, tío.

Lucas: No, no, no, no lo dejo. Esto son mis recuerdos, mis fotos. Y no las puedo poner ahí. ¿Y sabes por qué? Porque lo tengo prohibido, Mariano. Entonces, ¿qué mierda de fotos quieres que ponga ahí, si lo tengo prohibido?.... [Entra Paco y Lucas guarda las fotos…Unos minutos después, llega Sara.]

Sara: ¡Hola! ¡Hola, Mariano! Oye, Lucas, ¿tú crees que va a llover? Es que no sé si ponerme chubasquero... o las sandalias... no sé...

Lucas: No es que vaya a llover, es que van a caer chuzos de punta. Es que va a caer un tormenton... el diluvio universal va a caer… [Lucas y Sara se miran sonriendo, mientras Lucas y Mariano miran por la ventana, sin entender.]

Paco: Que no, que no, que este tiene una fijación de cojones, vamos. ¡Será posible! Me tiene todo el día mirando al cielo, a ver si llueve o no llueve. El paraguas para adentro, el paraguas para afuera.

En la calle, se oyen truenos y comienza a llover. Lucas señala hacia la ventana.
Lucas: Mira.

Y salen los dos corriendo, bajo la lluvia.