viernes, 22 de abril de 2011
Capítulo 8: Un lugar en el mundo.
Casa de Lucas. Entra al baño, y hay alguien en la ducha. Sara.
Lucas: Date prisa, Mariano. Deja de tocarte la cosita, anda. [Sara asoma el brazo por un lado, buscando una toalla, pero al no encontrarla, abre la cortina de la ducha, sin nada.]
Sara: Buenos días, tito. ¿Me pasas la toalla?
Lucas: Joder. Joder, de verdad. [Coge una toalla y la cubre con ella.]
Lucas: Sujétala, por favor, ¿vale? Joder. [Sara tan sólo ríe].
Sara: ¿Pero qué pasa? Ni que no hubieses visto nunca a una mujer desnuda.
Lucas: Mira, Sara, la próxima vez que me vuelvas a enseñar las partes de tu cuerpo que no tengo porqué ver, vamos a ir los dos a hablar con tu padre, ¿vale?
Sara: Vale, vale. Estás un poquito tenso, ¿no? ¿Qué es por la boda de Silvia?
Lucas: ¿Pero qué dices ahora?
Sara: No, que siempre queda algo con una ex, ¿no? Y tú la quieres mucho. Es normal que estés triste.
Lucas: Pues no estoy triste. Vamos, estoy contento de que rehaga su vida, ¿sabes?
Sara: ¿En serio?
Lucas: Sí.
Sara: ¿No te importa que se case con otro?
Lucas: No, no me importa nada. Y la cremita te la das luego en tu casa, así que venga, vístete rápido, por favor.
Sara: Espera, Lucas.
Lucas: ¿Qué?
Sara: Que... bueno, que... ahora ya sabes lo que siento por tí, que sabes que te quiero, que te quiero desde siempre. Y ya no puedes hacer como que no te enteras. Tienes que decirme algo. [Lucas se queda en silencio.]
Sara: ...Tienes que decirme sí o no, Lucas. Sí o no. [Pero Mariano, que escucha detrás de la puerta, entra, antes de que Lucas llegue a responder.]
Mariano: Hola, Sara. Eh... Lucas quiero hablar contigo un momento.[Salen del baño.]
Mariano y Lucas en la sala.
Mariano: ¿Se puede saber qué coño haces en el baño con la niña desnuda, eh? Joder, que estabas a punto de hacer un destrozo de los que dejan secuelas. Que estás trastornado.
Lucas: Pero que la que está trastornada es ella, joder, Mariano, ¿vale? Que está enamorada. ¿Qué hago? ¿Le doy una leche, eh? Ponte un poquito en mi lugar, coño, ¿qué harías tú?
Mariano: ¿Que qué haría yo? Pues lo que haría cualquier persona normal, en un caso así, joder. Cerrar la puta puerta y salir corriendo. Y tú no, tú dándole palique ahí a la niña en cueros, joder. Lucas, coño, que se te va la pinza.[Lucas coge aire.]
Mariano: Anda, siéntate. Siéntate... A ver, Lucas, yo sé que esto es un tema espinoso, ¿pero tú eres consciente de que el rollo de las colegialas y de las falditas escocesas te tira o...?
Lucas: ¿Pero qué me estás contando, Mariano?
Mariano: Lucas, a ver, no te avergüences, que son cosas que pasan, que le pasan a mucha gente, que le pasa a gente importante... a los lores ingleses... a los arzobispos de Boston... yo tenía un tío en mi pueblo que le pasaba...
Lucas: A ver, Mariano, o sea, no vayas por ahí, ¿vale? Porque es que encima me voy a enfadar.
Mariano: A ver, no lo niegues, Lucas, no lo niegues, coño, que la negación conduce directamente al delito. No lo niegues. [Lucas suspira.]…Esto es una enfermedad, y es un problema, y la mejor manera de afrontar el problema es reconocer la enfermedad. Que si tenemos que ir a una clínica, vamos. Que si tienes que tomar bromuro, lo tomas.
Lucas: ¿Has acabado ya?
Mariano: No, no he acabado todavía. Voy a ir a hablar con mi terapeuta. Le voy a contar el caso, y que me de algún tratamiento, ¿eh? ... Y tú estate tranquilo, tío, estate tranquilo que yo estoy aquí contigo, ¿eh? Que yo te voy a ayudar, que esto lo superamos juntos, ¿vale? [Mariano se va.]
Segundos después, Lucas está sentado en el salón, y Sara sale del baño, ya vestida, con el uniforme del colegio.
Sara: Lucas... ¿no me vas a decir nada? [Lucas ve que ella lleva la falda escocesa, del colegio, y resopla. Sara se sienta a su lado y sigue hablando.]... Que igual pues te lo tienes que pensar, y yo puedo esperar, no sé...
Lucas: No tengo nada que pensar. [Se pone en pie.]
Lucas: Mira, la respuesta es no. No, no y no. No me interesas ni como mujer, ni como niña ni como nada... Y si quieres jugar a los médicos, te compras el maletín de la señorita Pepis. Pero a mí, por favor, me dejas en paz. ¿Vale? [Sara asiente con la cabeza, a punto de llorar.]
Sara: Vale. Muy bien, pues si no te intereso ni como niña ni como mujer, ya buscaré la manera de interesarte. [Y se va, cerrando con un portazo.]
Lucas: Joder...
En el bar, donde están Kike, Curtis, Povedilla y Rita, Sara se les acerca a preguntar en qué caso están trabajando. Carreras ilegales de coches. Después de enterarse de que Lucas también está metido en el caso, se va, con una sonrisa.
Más tarde, aún en el bar, Sara le pide a Coque un favor: presentarle al líder de las carreras ilegales, al que el chico conoce. Coque se niega, pero al final, el chico de las carreras aparece en el bar, y Sarita se acerca a él, quedando para esa misma noche. Al otro lado del bar, está Lucas, que la mira.
Ya por la noche, antes de la carrera, Sara llama varias veces a Lucas, para decirle que tiene información sobre las carreras ilegales. Pero Lucas tiene el teléfono sin batería y no logra hablar con él.
Más tarde, cuando Lucas llega al bar, Coque le dice que vaya a buscar a Sara, que se ha ido con el chico. Éste no se lo piensa y sale a por ella. Pero Silvia está allí y va con él.
Un Lucas nervioso conduce a gran velocidad, para llegar a por Sarita antes de que ocurra nada. Pensando que les va a pasar algo, Silvia le confiesa que aún le quiere, pero Lucas no hace caso y en cuanto ve los dos coches de la carrera, va hacia ella, sacando a Sara del coche, y vigilando al resto a punta de pistola.
Lucas: ¡SARA, SAL DE AHÍ![Sarita, llorando, sale como puede y se abraza a Lucas, abrazándola él también. Caminan hasta el coche de éste, mientras Silvia, a lo lejos les mira, sin comprender.]
Lucas: Nunca me hagas esto más, ¿eh? Nunca me vuelvas a hacer esto, Sara. Nunca.
Sara: Nunca... Lo siento.
Lucas: Sara, si a ti te pasa algo, yo... ¿Tú qué pasa, que no piensas en la gente que te quiere, en tu padre, en tu madre?
Sara: Yo sólo he pensado en ti... Quería interesarte de alguna manera... y has venido... has venido... [Se echa contra él, y Lucas la abraza.]
Lucas: Has hecho una locura, Sara, has hecho una locura, ¿me oyes? [La besa en el pelo.]
Sara: Lucas... si las cosas no fueran como son, y si yo no fuese hija de quien soy, y si él no fuese como un padre para ti... y si nunca hubieses estado casado con Silvia...
Lucas: Sara... Sara... no empieces con eso...
Sara: Si yo no fuese quien soy... y si no fuese menor de edad..., ¿te gustaría?
Lucas: No sé, Sara... si tú no fueses quien eres... Sara, yo no soy como tú crees que soy, y además, seguro que vas a encontrar a alguien muchísimo mejor que yo.
Sara: Quiero que me contestes. Necesito saberlo, Lucas. Si yo fuese una desconocida para ti, y nos cruzásemos mañana por la calle, ¿podrías enamorarte de mí? [Lucas la mira unos segundos sin decir nada, y acaba resoplando.]
Lucas: No sé... No sé... Mira, Sara, desde luego siendo tú quien eres y siendo yo quien soy, nunca va a pasar nada entre nosotros, ¿entiendes? Además, quiero que te quede claro, que te entre bien en la cabeza. Nunca, nunca, nunca, ¿vale?
Sara: Lucas, yo voy a estar toda mi vida esperándote, día tras día, porque sé que antes o después te enamorarás de mí. Y voy a estar esperándote siempre, siempre, siempre.
Lucas vuelve a resoplar y Sara le acaricia la cara, llegando justo en ese momento Paco, que se lleva a su hija, mientras Lucas les ve marchar.